Las condiciones sociales, económicas, tecnológicas y otras más han venido a revolucionar las necesidades del sector agropecuario y con ello los servicios ofrecidos por los médicos veterinarios. A continuación haremos un breve análisis del esce...
Las condiciones sociales,
económicas, tecnológicas y otras más han venido a revolucionar las necesidades
del sector agropecuario y con ello los servicios ofrecidos por los médicos
veterinarios. A continuación haremos un breve análisis del escenario actual y
futuro de la Medicina Veterinaria.
¿Cuáles son las necesidades o exigencias de la sociedad
hacia los veterinarios?
Actualmente las organizaciones
internacionales en materia de salud, sanidad animal y cuidado al medio ambiente
han abordado de manera holística los temas de su competencia, encontrando una
estrecha relación y codependencia entre estas, abordando estos temas desde el
concepto de “Una Sola Salud” (One Health).
Uno de los impactos más significativos
de la globalización y los ajustes macroeconómicos, lo constituye la necesidad
de los estados de fortalecer sus servicios veterinarios oficiales para promover
la salud animal y humana, invirtiendo en la vigilancia, prevención y control de
las enfermedades. Además la sociedad ha presentado una preocupación e interés
generalizado, velando por el bienestar, la salud animal y su relación con las
personas.
¿Cuáles son los retos actuales y futuros para la medicina
veterinaria?
Estadísticamente las emergencias por
nuevas enfermedades ocurre aproximadamente cada ocho meses y la amenaza de
nuevas enfermedades zoonóticas es muy real. De los más de 1.400 patógenos que
causan enfermedades humanas, 800 han cruzado la barrera de las especies de los
animales. Aunado a esto, la velocidad de los viajes globales y de la
transmisión de enfermedades está ultrapasando las medidas de control,
acelerando el ritmo de mudanza del medio o hábitat, resultando en una
exposición sin precedentes para la introducción de estos microorganismos y con
ello de nuevas enfermedades. Tornando a la profesión como un factor importante
en la salud pública, así como dispensadores de cuidados veterinarios
fundamentales para la sociedad en el ámbito local, nacional e internacional.
¿Hacia dónde va la medicina veterinaria? ¿Cuál es su
futuro?
La investigación en la ciencia
veterinaria trasciende las fronteras de las especies y es un punto crítico para
la protección de la salud pública, por consiguiente todas estas actualizaciones
tecnológicas, científicas y educativas son decisivas para la obtención y
desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas que deberán ser tomadas en
cuenta para la formación, actualización y el ejercicio de la medicina
veterinaria.
La clave fundamental del futuro de la
profesión veterinaria es adaptación y sensibilidad, los avances tecnológicos
serán rápidos en el futuro y ultrapasarán todas las expectativas. Por tanto, la
profesión necesita esperar cambios y estar pronta para adaptar y acomodar las
necesidades y oportunidades. En términos de educación la tecnología virtual
puede ser usada para complementar la experiencia práctica, y para especializar
programas educacionales con múltiples propósitos, teniendo acceso universal a
la información. Las tecnologías de aprendizaje cada vez son más sofisticadas y
a la distancia, con modelos animales 3-D holográficos, completamente realistas
y texturizados. Aprovechando estos grandes avances tecnológicos, para la
difusión de sensores conectados a los computadores para hacer diagnósticos,
administrar terapias, o realizar tele-cirugías mecánicas y tele-consultas a
grandes distancias.
Para ser
respetado y valorizado por la sociedad, el público debe comprender y apreciar
la singularidad de los veterinarios, el valor que ellos brindan a la sociedad y
al bienestar de los animales, y los valores centrales de los veterinarios. La
imagen pública de los veterinarios debe ser ampliada, no reemplazando, pero
construyendo sobre la bella, muy bien aceptada y respetada imagen del
"Gentil Doctor”.
Creando una Visión para la Medicina Veterinaria
Académica. Un ensayo por Keith W.
Prassse, 2005.